Esta historia real, está dedicada a todos estos jugadores que no saben cómo reaccionar ante las frustraciones en el fútbol. En algún momento se sienten desanimados, han perdido la confianza en sí mismos, e incluso piensan en abandonar porque creen que son malos o no sirven para este deporte. ¿Eres tú uno de ellos? Pues no dejes de leer esta bella historia que le ocurrió al mejor jugador del mundo de baloncesto.
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Pasión por el baloncesto
Erase una vez un chico de color llamado Miguel que amaba el baloncesto por encima de todas las cosas. Era tal su pasión por el deporte de la canasta que todos los días y durante muchísimas horas jugaba uno contra uno con su hermano, no saliendo victorioso en la mayoría de ocasiones. Pero, en lugar de claudicar, esas derrotas le hicieron forjarse un espíritu de superación y sacrificio prácticamente invencibles para un futuro inimaginable e impensable para él y para todos lo que le rodeaban.
Quizá tu eres un buen futbolista que juegas en tu colegio o en tu club. Pero ¿cómo entrenas? ¿Dedicas todo tu esfuerzo para seguir mejorando o te hundes en cada derrota? ¿Te desanimas cada vez que las cosas no te salen tan bien como esperabas? Miguel, en lugar de desanimarse, entrenaba más y mas duro, ponía mucho esfuerzo y mucho sacrificio. ¿Estás dispuesto a entrenar duro o te pones a llorar cada vez que no te sale lo que tu quieres o esperas?
Su primera gran frustración
Como todo chico de su edad su sueño era entrar a formar parte del equipo del instituto y pensaba que estaba lo suficiente preparado para ser uno de los elegidos, pero como en otras tantas ocasiones muchas veces se vive en una nube de sueños de la que el destino te hace caer con un soberano puntapié.
Puede ocurrirte que tu entrenador decida no alinearte en el partido o ponerte en un equipo inferior al que deseas. Es posible que no lo entiendas porque piensas que eres tan bueno como los demás. Si reaccionas mal, es por falta de humildad. En lugar de aceptar que algo te falta para estar en el equipo, piensas que es el entrenador el culpable de la situación. La falta de humildad no te permite crecer y superarte y es uno de los mayores enemigos que te puedes encontrar en este deporte.
Miguel se enfrentó a la cruda realidad al mirar una y otra vez la lista de los jugadores elegidos para el equipo y comprobar que su nombre no aparecía por ningún sitio. Comprensiblemente corrió a su casa y se encerró en su cuarto para derramar muchas lagrimas de frustración y tristeza. Nadie mejor para eliminar esas lagrimas que su madre, que lo tomó entre sus brazos y, entre besos y caricias, le susurro:
–“Demuéstrale que se equivocan, da todo lo que tienes dentro para ello, si lo haces y no te escogen no tendrás nada que reprocharte a ti mismo”.
Una reacción que le cambió la vida y le salvó de su frustración
Esas palabras junto con la sensación amarga de derrota hicieron que Miguel se prometiese a si mismo que jamás volvería a ocurrir algo parecido.
Para ello se entregó en cuerpo y alma a un propósito, ser seleccionado en la siguiente ocasión. Y así ocurrió, fue tal su dedicación a su obsesión que no lo sólo consiguió ser elegido en la siguiente oportunidad, sino que se convirtió en el mejor jugador de su instituto.
Ante las dificultades que puedes encontrarte practicando tu deporte favorito, debes reaccionar pidiendo ayuda a las personas que pueden aconsejarte correctamente. ¿Eres capaz de hablar con tu entrenador para que te diga lo que te falta para poder estar en su equipo? ¿Vas a trabajar duro para conseguir estos objetivos que te faltan para estar al nivel que te piden o te vas a desanimar dejando atrás una oportunidad para demostrarte que con empeño puedes conseguirlo?
“Hay una ley en el deporte que dice: todo es posible si me lo propongo. ¿Te sirve? Hay que creérselo y, luego, trabajar muy duro”.