De los errores se aprende en el fútbol formativo siempre y cuando seamos capaces de aceptarlos, descubramos sus causas y nos esforcemos por eliminarlos.
El ejemplo de lo incorrecto suele ayudar más a construir estrategias de resolución de problemas que el ejemplo de lo correcto
Siempre hemos dicho que nuestros jugadores aprenden de lo que ven y no de lo que les dices, aunque eso también les ayuda. Sin duda, el ejemplo es lo que más valoran. Sin embargo a la hora de construir estrategias de resolución de problemas, utilizar el error es más efectivo que utilizar ejemplos de lo correcto, de la perfección.
En este sentido el error hemos de verlo como un tesoro de un valor incalculable porque, bien enfocado, puede ayudarnos por tres razones:
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A/ Reconocer los errores
Es el primer paso fundamental para darnos cuenta de lo importante que es la idea que presentamos: de los errores se aprende. Cuando no reconocemos nuestros errores y buscamos excusas para justificar nuestros fallos, estamos cerrándonos las puertas de nuestra mejora personal. La persona que no tiene errores, no encuentra motivos para esforzarse en mejorar porque no lo necesita. Simplemente se mantiene como está porque piensa que no hay nada que cambiar. No crece. Y el que no crece, muere.
La persona humilde que acepta completamente sus errores, está dando el primer paso para poder superarse. Esta actitud es la que le va a permitir descubrir las causas de sus fallos y aplicar las estrategias adecuadas para seguir mejorando.
Desgraciadamente el ser humano tiene un problema grande de falta de humildad. Pensamos que somos mejores y nos cuesta aceptar inicialmente que cualquier fallo sea culpa nuestra.
Procuramos encontrar la causa en aspectos externos: al terreno de juego, al árbitro, al equipo contrario, a un resbalón, a un problema familiar, etc. Sin embargo cuando aceptas el error es cuando se abre un mundo de posibilidades que te ayudan a mejorar.
Esta es una demostración más para subrayar la importancia de la formación en valores en el proyecto educativo de un club. Si dentro de nuestro programa de formación trabajamos, entre otros valores, el de la humildad, estaremos entrenando a nuestros jugadores a aceptar los errores generando un hábito fundamental para crecer como jugador.
De esta forma, aprenderá, no solo a aceptarlos, sino a aprovechar ese error para mejorar. La formación en valores mejora el rendimiento de nuestro equipo. Si esto es así, ¿a qué esperamos para diseñar un auténtico plan pedagógico sobre valores? ¿Qué hacemos para que nuestros entrenadores sean capaces de seguir ese programa con eficacia?
B/ Descubrir las causas de estos errores
Al reconocer el error, el siguiente paso que tu jugador puede dar es investigar por qué me ha pasado esto. Parece sencillo pero, al faltarles experiencia, muchas veces no saben encontrar las causas.
Será interesante que les ayudemos, por ejemplo, utilizando el método del descubrimiento guiado o, simplemente, haciéndoles ver las causas de los errores si no son capaces de descubrirlas.
Como entrenador puedes preguntarle ¿podías haber hecho algo más? ¿Qué opciones se te ocurren? Le haces pensar y el puede llegar a descubrir los errores sin necesidad de que se los digas directamente. Interesante método que precisa de profesores bien formados en este tipo de habilidades pedagógicas.
C/ Marcarse objetivos para aprender de los errores
Si nuestro jugador es capaz de descubrir esas causas que le llevaron al error, a la derrota, entonces puede realizar el siguiente paso que consiste en corregir esos errores.
Pero ¿cómo lo hace para corregirlo? No basta simplemente con saber que eso es un error. Se trata de marcarse un objetivo corrector a medio plazo e ir evaluando, poco a poco, si aquello se va subsanado o no.
Estos objetivos pueden marcarse en colaboración con el entrenador o personalmente el jugador. Los que sí está claro es que la colaboración del entrenador será en mayor o menor medida dependiendo de la capacidad del jugador.
En el caso de mostrar al jugador acciones que ya está haciendo bien para aprender, nos encontramos con el inconveniente claro que no nos ayudan a establecer estrategias para la mejora del jugador. Sin embargo, son de mucha utilidad para mostrar al jugador un modelo positivo de objetivo para poder alcanzar. Mostrar cómo se hace, enseñar el modelo perfecto es una buena herramienta para ayudar al jugador humilde, que está corrigiendo sus errores y desea saber hacia dónde debe dirigirse.