Deporte educativo. Me gusta esta palabra porque resume lo que debe ser el fútbol formativo. El fútbol, deporte educativo, debe tener estas características:
- Desarrollar valores y actitudes positivas vinculadas con la práctica deportiva, además de contribuir al desarrollo de las cualidades físicas, afectivo-emocionales, cognitivas-intelectuales y sociales acordes a su etapa evolutiva, es decir, contribuir a la formación integral del alumno.
- Fomentar hábitos higiénicos, conductas saludables y crear hábitos de práctica deportiva.
- Primar la participación, la cooperación sobre la competición.
- Los deportes deben adaptarse a las características de los alumnos y no viceversa, es decir, adaptar las reglas a los alumnos.
- Fomentar una actitud crítica ante el deporte que nos venden los medios de comunicación y las aberraciones que se producen.
- El entrenador debe tener siempre muy presente las características del contexto, por lo que actuará en todo momento como educador.
Quise poner en práctica en una competición real este modelo de deporte educativo que fomentan la formación del jugador. Todo lo que cuento es real y los resultados fueron tan buenos que decidí aplicarlo siempre en las competiciones en las que participamos ¡Ojalá tu también te decidas a hacerlo!
Contenidos
Planteamientos antes de la competición
Se acerca el primer torneo de la temporada. Es el momento de darle un nuevo enfoque de deporte educativo a la competición. Estamos ya preparados para hacerlo. Lo que voy a contarte parece sencillo aunque no es nada fácil de poner en practica. Es una forma diferente de enfocar la competición en una escuela de futbolistas.
Queremos que nuestros jugadores participen en una serie de competiciones donde acuden equipos de gran nivel: los que juegan en las ligas más altas. Es una gran oportunidad para aprender, si se enfoca correctamente.
La primera premisa de deporte educativo
El primer planteamiento formativo es bastante evidente y, aunque de forma teórica es universalmente aceptado, luego en la práctica no suele verse con mucha frecuencia. Dice así:
El que pierde un partido puede aprender mucho si acepta sus errores y encuentra las soluciones para no fallar la próxima vez. Sin embargo, el que gana, piensa que lo hace bien, y no entiende que deba corregir nada. Eso significa que no puede mejorar porque no reconoce fallos.
La segunda premisa de deporte educativo
la clave para sacar adelante un proyecto formativo con la calidad suficiente está en la elección del entrenador.
La elección del entrenador para este proyecto es muy delicada porque necesitamos poner en práctica algo muy diferente. Es mejor que no sea su entrenador habitual, mejor uno que no conozcan de nada. Elegimos a Paco por ser un entrenador con experiencia y con un perfil que puede encajar en el proyecto.
El problema que te encuentras cuando a un entrenador le asignas un equipo es que considera que es un encargo que recibe y convierte al equipo y al proyecto en algo personal. A partir de ahí, es complicado poner en práctica modelos diferentes, más adaptados a la formación del jugador a través de la competición.
El tercer concepto de deporte educativo
Cero indicaciones desde la banda.
Paco está de acuerdo en empezar de cero, trabajar en equipo y dirigirlo sin dar indicaciones desde la banda. Os dejo un artículo donde hablamos más en profundidad de esto: https://www.solofutbolformativo.org/psicologia-del-futbol/
Unos días antes del torneo, me siento con él para poder hablar con tranquilidad del proyecto. Necesito que vea que es diferente a lo que se practica en la mayor parte de los clubes. Es necesario que lo entienda bien aunque sé que no todo lo asimilará desde el principio.
El cuarto concepto de deporte educativo
La compatibilidad de la formación con la competición. Son complementarios.
Siempre he defendido que la formación y la competición son totalmente compatibles. Sin embargo, aclaro que queremos ir más despacio, construyendo los fundamentos del fútbol en los jugadores, tal como rige un modelo de deporte educativo
Eso significa que tenemos objetivos a medio y largo plazo que no tienen nada que ver con la victoria en un torneo. Muchas cosas se mejorarán durante estos días, otras muchas simplemente se habrán iniciado y, con más tiempo, se podrán conseguir, siempre que se persigan con la claridad suficiente.
La quinta idea de deporte educativo
“Nuestro trabajo principal está en los entrenamientos y el partido es el día del examen”
Le doy a Paco la libertad para jugar con el sistema de juego que quiera porque esto ya es un tema secundario para la formación de sus jugadores. Lo importante es que salgan al campo sabiendo qué es lo que tienen que hacer en todo momento. En los entrenamientos es donde debe conseguirse la cohesión del equipo y transmitir una forma de juego que todos tengan muy clara.
Paco es consciente de que son sus jugadores los que analizan, piensan y deciden la forma de actuar en cada situación de partido. Se trata de recrear en los entrenamientos situaciones reales de juego, las mismas que se van a presentar en los partidos, para que sean capaces de decidir siempre la mejor opción y que sus decisiones sean lo más correctas posibles.
Y así lo hacemos. Paco trabaja con su equipo durante dos días completos (unas 10 horas de entrenamiento) y la verdad es que los chicos responden muy bien a la propuesta que se les ofrece.
La sexta idea de deporte educativo
Está relacionada con las proporciones del contenido de los entrenamientos:
Por desgracia existen unos datos alarmantes en el fútbol base actual: un entrenador dedica el 90% del tiempo a preparar el partido tácticamente y un 9 por ciento a la estrategia y por fin un 1 por ciento a otros factores: los valores y otros aspectos sicológicos muy importantes. No es un modelo de deporte educativo.
Nuestra propuesta es al revés.
“Pensamos que un porcentaje elevado del trabajo con los chicos debe basarse en la transmisión de esos valores que hay en el fútbol y que les va a ayudar a rendir más y mejor. También consideramos fundamental preparar jugadores inteligentes, porque es la forma de que aprendan más. Destacamos, además, la importancia de fundamentar a los chicos con un trabajo técnico en profundidad.”
Conclusiones
No digo que sea sencillo cambiar el enfoque de la competición para que sea deporte educativo. Es complicado y puedo confirmarlo después de una experiencia parecida a la que te estoy describiendo. Constantemente has de tener muy claro tu objetivo para no volver a caer en lo de siempre: la obsesión por ganar y la sensación de orgullo al obtener una victoria que te destaca de los demás. A pesar de plantearte las cosas correctamente, la competición puede atraparte y cegarte con mucha facilidad.
La puesta en práctica de otro enfoque de competición
Eliminar las correcciones
Nuestra idea es eliminar todas las correcciones durante el partido. Es el momento de dejar que los chicos jueguen completamente solos, bajo la observación de su entrenador que va anotando aquello que le parece oportuno comentar en la media parte o al final del partido.
Ellos tomas sus decisiones
En algún caso muy puntual, corregimos en el campo algún detalle. Sabemos que la idea es que ellos tomen sus propias decisiones. El feedback siempre lo tienen luego, en el vestuario. Eso sí, el “muy bien” siempre, en cualquier momento, si realmente lo merecen.
Correcciones de posicionamiento
Durante el partido, Paco transmite a los chicos algunas correcciones globales sobre el posicionamiento del equipo, siempre que es necesario. Es algo complicado de ver desde dentro, como jugador. El entrenador, por estar colocado fuera del campo, disfruta de una mejor visión global y si tiene que corregir posicionamientos en algún momento puntual, no lo duda.
Aún así, en la media parte, intentamos que los chicos entiendan esas indicaciones que el entrenador ha efectuado. Te das cuenta de que muchas veces ellos han sido capaces de verlo también.
Motivar y animar, siempre que haga falta
El entrenador debe motivar a sus jugadores si los ve cansados o lentos. Les anima para que impriman una mayor intensidad en su juego, si es necesario. Lógicamente eso es algo que agradecen mucho los jugadores mientras están jugando y debemos fomentarlo. Podemos apreciar que la idea no es que el entrenador permanezca en silencio. Su voz puede escucharse para estos dos aspectos importantísimos:
- Posicionar al grupo en alguna ocasión y
- animar.
A pesar de que en algún momento nos ha salido del alma corregir a algún jugador, nos hemos retenido con la idea de defender un deporte educativo. Conocemos sus contraprestaciones y más cuando se realizan de forma desairada.
Puedes pensar que esto es una locura y que de esta forma no voy a ayudar a mis jugadores porque con nuestra experiencia de entrenador, y desde nuestra posición, podemos ayudarles a sacar el partido adelante. Además, van a estar en desventaja con respecto al otro equipo donde su entrenador no dejará ni un momento de dar órdenes y dirigirlo.
La mejor forma de ayudar a un jugador
Puedes pensar esto y lo respeto. La mejor forma de ayudar a un jugador es dejándole que él sea el que saque el partido adelante. A corto plazo van a estar en desventaja. Posiblemente conseguiríamos mejores resultados en este torneo si les decimos lo que tienen que hacer en cada situación de partido.
A largo plazo, eso no es así: sale ganando aquel jugador que ha podido tomar sus propias decisiones porque el entrenador se lo ha permitido. Luego, en un momento de calma, en el que está más receptivo, el entrenador le ayudará a descubrir aquello que hizo mal y a concretar mejoras en el próximo partido.
Llegan las derrotas
El impacto que produce empezar con una derrota es muy grande para un equipo que va con tanta ilusión. Para Paco, el entrenador, es más duro todavía porque, según su opinión, no han aplicado nada de lo que habían entrenado. Me comenta que algunos jugadores, en los que tiene puesta una gran confianza, por su entrega y su calidad técnica, no han dado la talla y han jugado muy por debajo de sus posibilidades.
Paco está muy enfadado durante el propio partido y le pido que se calme. Me quedo sorprendido por la reacción del entrenador pues mi apuesta por él es precisamente por ser una persona tranquila y bastante experta.
Contener las emociones
En todas las situaciones, el entrenador debe ser capaz de contener sus emociones y dejar pasar un tiempo para analizar lo que se puede seguir mejorando. Para el fútbol formativo las tres situaciones son experiencias interesantes por las que se debe pasar y en las que hay mucho que aprender: ganar, empatar o perder.
Aceptar nuestra parte de culpa
Le aclaro a Paco que quizá la culpa no es de los chicos sino nuestra. Posiblemente te has creado unas expectativas demasiado altas en cuanto a resultados y cuando chocas con la realidad, te enfadas. Es bastante normal entre los entrenadores. También es bastante típico el comentario de Paco, culpando a los jugadores de lo sucedido. Con frecuencia, son ellos los que suelen pagar los platos rotos.
Lo que no ocurre casi nunca es que el entrenador sea capaz de descubrir y aceptar sus errores en la derrota. Los chicos han hecho lo que saben. Y saben lo que tú les enseñas. Si no consiguen plasmarlo en el campo tú eres el que debe mejorar. Debes ser capaz de descubrir las causas de lo que ha ocurrido en el partido y corregirlo con tus jugadores. Ellos te seguirán a muerte si ven en ti esa confianza que pones en ellos.
Lo que descubrimos en el vestuario
Al finalizar el primer encuentro, nos dirigimos al vestuario. Tenemos media hora antes de comenzar el siguiente partido. Lo primero que hacemos es dejarles que hablen entre ellos y que tomen una pieza de fruta. Es el momento de analizar, contrastar y unificar junto con el entrenador, nuestras impresiones para poderlas trasladar a los jugadores con un cierto orden y criterio.
Estamos en el pasillo, alejados de los jugadores. Consultamos la libreta donde ambos hemos anotado ideas que han ido surgiendo durante el partido y que nos hemos reservado para comentarlas ahora. Nos ponemos de acuerdo para saber qué es lo que vamos a decir a los chicos.
¿Podemos mejorar?
A los 10 minutos, entramos al vestuario y preguntamos qué opinión tienen tras perder por 5 a 1. ¿Cómo han jugado? ¿Qué ha fallado? Está claro que el equipo rival ha sido muy superior. La pregunta es si nosotros podemos mejorar.
Cuando escuchamos las respuestas de los chicos vemos que son ideas muy interesantes. Pude tomar nota de lo que decían y ahora puedo detallarlo. Me parece que nos puede ayudar a todos:
Errores destacados
- Nos ha faltado comunicación entre nosotros incluso nos hemos criticado en algunos momentos. ––Comenta uno de ellos mientras alguno baja la mirada aceptando su culpabilidad.
- Con balón, más o menos bien. Y sin balón, nos ha faltado movilidad, ––indica otro que está algo enfadado con el resultado.
- Hemos salido muy nerviosos y con poca confianza en nosotros mismos y por eso nos ganaban todos los balones de disputa. ––Es el portero del equipo el que habla ahora. Tiene mucho prestigio entre los jugadores.
- Yo creo que nos ha faltado intensidad, especialmente al principio, ––lamenta el capitán del equipo y continúa:––No hemos aplicado nada de lo que hemos trabajado en estos días
Paco y yo nos quedamos bastante asombrados porque, sin decirles nada, todavía, han mencionado todas las ideas que llevamos apuntadas en el cuaderno. Esto es deporte educativo. No sé si os dais cuenta de algo importantísimo que insisto mucho últimamente:
“Los chicos se enteran de mucho más de lo que creemos”
Malos modelos en el deporte educativo
Lo que se suele ver habitualmente en este tipo de situaciones es al entrenador en el vestuario, enfadado por el resultado y por el pésimo juego realizado y, tras los gritos desafortunados, producirse un gran silencio entre los jugadores, asustados por la falta de control del entrenador. Luego, de nuevo al campo, con miedo, a por el siguiente partido.
Otros entrenadores utilizan ciertas técnicas poco transparentes que no ayudan nada al equipo. Intentan justificar el resultado con razonamientos basados en el mal arbitraje, el tamaño del campo, la temperatura, el mal estado del césped, las trampas del rival…Esta práctica permite ocultar la verdad, impide la corrección y el aprendizaje.
En el camino del campo al vestuario, tras perder el primer partido, Paco me comenta que si fuera su equipo de competición habitual, los gritos se oirían a varios kilómetros de distancia. Comprende dónde está trabajando y que su actitud tiene que ser otra.
Construir tras el análisis de los errores
En el vestuario, empezamos a construir a partir de esos comentarios de los chicos y peguntamos cómo mejorar esos errores y otros que Paco saca a relucir. Las intervenciones y sugerencias de los jugadores son acertadas y queda claro lo que deben cambiar para mejorar.
Asumir los errores
¿Te das cuenta del pequeño matiz que puede pasarte desapercibido y que quiero subrayar? Con ayuda del entrenador, se marcan sus propios objetivos de mejora con lo que el aprendizaje puede ser maravilloso. No actúan por miedo a los gritos de su entrenador, sino por la convicción de que cambiando esos detalles concretos, pueden conseguir mejorar su juego. La clave está en conseguir que asuman esos objetivos que deben mejorar como propios.
Para aprender y mejorar es necesario tener claros los objetivos que nos marcamos. Cuando el entrenador se dedica a gritar y a ridiculizar a los jugadores, cuando es él quien establece las condiciones de juego para superar el partido sin contar con sus jugadores, puede ocurrir que gane el encuentro. Aún así, lo que está claro es que no ha aprovechado un momento de aprendizaje excelente.
Transmitir siempre que confiamos en ellos
El tono de voz de Paco es diferente, muy adecuado para transmitirles confianza y demostrarles que pueden hacerlo mucho mejor porque, a pesar del resultado, ellos son muy buenos jugadores. Es cuestión de ajustar algunos detalles y el asunto mejora seguro. Las correcciones no son solo en relación a aspectos tácticos, hay mucha referencia a los valores deportivos. Se puede palpar su confianza en ellos. Esa actitud del entrenador en el vestuario es fundamental para poder mejorar y aprender.
Las críticas que durante el partido se han hecho entre los jugadores es una de las causas por las que el equipo ha perdido fuerza. Ellos resaltan que eso no debe pasar. Los jugadores que han caído en ese error comprenden el daño que hacen al equipo si eso continúa porque desune mucho al grupo y pierden eficacia ante el rival.
¿Serán capaces de aceptar su error o seguirán con la misma actitud? Todo depende de la forma en que se afronte el problema. Si el entrenador amenaza a los culpables con medidas disciplinarias, posiblemente lo consiga en el primer partido. Pero volverán a caer en el mismo error en cuanto el entrenador se olvide del tema. En realidad es un problema de ego de los jugadores que no aceptan críticas entre ellos por su estatus en el equipo.
Mensajes constructivos en el deporte educativo
Por tanto, si la unión y la fuerza del equipo se consideran importantes , es más eficaz que reciban el mensaje de forma constructiva. Es más fácil que lo asimilen como algo que hay que erradicar definitivamente de su actitud. Esta acción formativa cala en los jugadores de forma casi definitiva.
Siempre hay que seguir reforzando este aspecto para consolidarlo definitivamente en el equipo. Ya decimos que los objetivos que buscamos son a medio y largo plazo y hay que seguir insistiendo para alcanzarlos.
Refuerzo psicológico
El refuerzo psicológico para dejarles claro que son buenos jugadores es importante para recuperar esa confianza que no han demostrado en el primer partido. Hay un jugador que aporta una idea interesante:
––Hemos de ser humildes para aceptar los consejos que un compañero te hace durante un partido porque te sirve para mejorar y no hay que considerarlo una crítica. (textual de uno de los jugadores)
Algo que sale de ellos, me imagino que fruto de las diferentes charlas de valores que tenemos con los jugadores, de forma habitual.
Esta idea ayudó mucho a lo largo de todo el torneo para decirse las cosas con afecto pero muy claras y a aceptarlas cuando se reciben. También les impulsa a adquirir la responsabilidad de sacar el equipo adelante con iniciativa personal, poniendo los 5 sentidos en lo que se hace. Les mete más en la competición.
Los valores son la clave de la mejora del rendimiento
Con esta pequeña descripción de lo sucedido en este equipo, quiero reforzar la idea central de mi mensaje sobre el deporte educativo que defiende el trabajo de valores como la parte más importante que debemos tener en cuenta en el rol de un entrenador.
No quiero decir con esto que los jugadores funcionen solos, sin su entrenador. Necesitan la presencia y el apoyo de este en todo momento. La mejor ayuda no es dárselo todo hecho, sino todo lo contrario: intentar que lo hagan todo ellos, sin nuestra ayuda, sólo con nuestro apoyo.
El peligro de cambiar los planes
Paco recuerda aquellas ideas fundamentales que han trabajado con los chicos en los entrenamientos porque quiere dejar claro que no vamos a cambiar el plan previsto por el simple hecho de que no ha salido bien el primer partido. Vamos a jugar de la misma forma han entrenado esos días.
A los chicos eso les ayuda bastante y les transmite la confianza de que lo que buscan es lo correcto si lo aplican en el campo tal como han acordado con su entrenador. Queda claro que hay que evitar decisiones que no estén relacionadas con esta forma de jugar pactada.
¿Qué ocurre normalmente cuando las cosas van mal? Que muchas veces decidimos cambiar de plan y eso a los jugadores les desconcierta totalmente. Siempre hemos de tener un plan B preparado. Si no es así, cambiar significa desconfianza, desorden, caos.
La consecuencia de todo esto es que los líderes del equipo pueden tirar cada uno por su lado, intentando hacer la guerra y resolver el partido por su cuenta. Pierden fuerza y pueden llegar incluso al fracaso pese a tener una gran calidad individual. Paco, al mantener el mismo plan, les da la seguridad que necesitan porque lo único que hay que cambiar está muy claro para todos.
Una nueva oportunidad para mejorar
Empezamos el segundo partido con un juego muy mejorado. Está muy bien tener claros los objetivos pero luego hay que comprobar si van a ser capaces de ponerlos en practica durante el partido. La idea es evitar los errores del primer partido y aplicar nuestro plan de juego. El equipo al que nos enfrentamos es tan bueno como el primero. Perdemos con un resultado muy ajustado de 4 a 3.
Las sensaciones son otras, aunque algún jugador le sienta mal la derrota. En el vestuario, en ese espacio en el que ellos hablan del partido, hay muchos jugadores satisfechos de la mejora en el juego. Simplemente, el otro equipo ha sido mejor que ellos. Nada más.
Paco está más tranquilo, porque ha visto otra cosa en el partido y en nuestra libreta tenemos apuntadas más cosas positivas que negativas. Se nos ocurre empezar la reunión con los jugadores revisando las observaciones que ellos mismos habían indicado.
Observaciones
- “Falta de comunicación”: inmediatamente afirman que eso ha estado mucho mejor.
- “Sin balón, nos ha faltado movilidad”. Todos concluyen que ha mejorado
- “Nerviosos y con poca confianza”. Lo han superado completamente.
- “Nos ha faltado intensidad, especialmente al principio”. Recuerdan que, tras los dos primeros goles, van remontando poco a poco y están a punto de empatar el partido.
- “No hemos aplicado nada de lo que hemos trabajado en estos días”. Ahora sí, –dijo Paco–, estoy muy satisfecho de lo que habéis aplicado.
Dejar clara la mejora en el juego
Simplemente con este análisis se dan cuenta de que su juego ha mejorado mucho y que se ha jugado un gran partido. Es el momento de recordarles de nuevo que son muy buenos jugadores y que debemos seguir analizando otros detalles que no han salido todavía bien, para corregirlos en el tercer partido.
En ningún momento se plantean si se van a clasificar o no. Percibo un ambiente muy bueno entre los chicos, se les ve muy centrados en comprobar si están jugando mejor. Quizá es porque les hemos dejado claro esta idea y la estamos trabajando juntos cada partido, analizando esas mejoras.
Uno de los jugadores pregunta si podemos todavía clasificarnos. Todos sabemos que se clasifica el primero del grupo únicamente. Es una pregunta con poca lógica y entendemos que todavía puede haber un poco de esquema competitivo, es normal. Todo humano quiere ganar siempre.
La respuesta es bastante rápida, aclarando que eso da igual. Lo importante es centrarse en mejorar en el siguiente partido. ¿Entiendes ahora qué quiero decir con ofrecer una visión diferente de la competición?
En el deporte educativo, cada partido es una oportunidad para crecer más
La ilusión se centra en intentar mejorar más en este tercer partido en el que nos enfrentamos a otro equipo de gran calidad. Si es cierto que estamos mejorando, este encuentro es clave para medir nuestra progresión. Paco aprovecha para aclarar algunos conceptos que pueden mejorarse y el equipo asume con gran responsabilidad esas correcciones. Todo es posible si nos mantenemos unidos y concentrados durante todo el partido.
La salida al campo es muy emocionante. Los chicos han perdido los dos primeros partidos pero no parece en ningún momento que les afecte porque están muy centrados en mejorar aquellos pequeños errores detectados en el vestuario. Y lo positivo es que tienen claro la forma de solucionarlos.
Normalmente un equipo, tras recibir dos derrotas seguidas no sale al campo con esa moral. Las broncas del entrenador y los resultados son la consecuencia de salir al campo sin saber muy bien la forma de solucionar el partido. Muchas veces salen sin haber asumido esas correcciones del entrenador y se olvidan de todo cuando empieza el partido.
Continúa la progresión en su juego
Paco estaba exultante: los chicos juegan el mejor partido de todo el campeonato y el equipo rival se estrella una y otra vez en nuestra sólida defensa. Están intensos y muy concentrados. No sé de dónde sacaban las fuerzas porque corren y presionan sin desfallecer. En un momento del partido le comento a Paco:
––“¿Te das cuenta la presionan y el juego que están realizando? Cuando el trabajo está bien hecho, ya no es necesario decirles nada. Ellos mismos lo hacen solos”.
La satisfacción por ver el trabajo bien hecho es muy grande. La paz y tranquilidad con la que seguimos el partido es tremenda. Nada que ver con los nervios que suele apreciarse en los banquillos.
Un incidente inesperado
En un momento dado, tras una pausa del árbitro por un jugador lesionado, sacamos un balón neutral, con tal mala fortuna que va directo al delantero del equipo contrario que mete el gol. Hay un silencio completo en el campo. Nos miramos los banquillos. ¿Qué hacemos?
Normalmente, en el guión habitual del fútbol competitivo, toca protestar al otro banquillo por la falta de deportividad de su jugador. Con este gol ganan el partido que va empatado a uno.
Saber controlarte es fundamental en el deporte educativo
Reconozco que estoy a punto de realizar un comentario despectivo al entrenador, destacando la obsesión por ganar por todos los medios. Consigo retenerme, intentando ser fiel a mis principios. Nos miramos los dos de nuevo sin realizar ninguna indicación. Que siga el partido, pienso. Es una lástima, así es el fútbol.
Cuando nos disponemos a sacar de medio campo, el entrenador del equipo contrario alza la voz para indicar a sus jugadores que dejen meterse el gol. Ha tardado un poco hasta que lo ha hecho y aplaudimos todos. Un ejemplo sincero de valores en el deporte que pude haber estropeado si, en lugar de retenerme, hubiera dicho algo en ese momento de duda. ¡Qué importante es mantenerse callado en el fútbol!
Un empate con sabor a victoria
El empate nos parece una gran victoria. No por los puntos sino porque el equipo está funcionando. Y son ellos los que sacan el partido adelante porque, desde la banda, la única indicación que les damos son felicitaciones constante de lo bien que lo están realizando.
El ambiente en el vestuario es de fiesta grande. No es por el empate contra un gran equipo, sino por la sensación de haberlo hecho muy bien y de haber cubierto con bastante acierto los objetivos que nos hemos marcado entre todos.
Diferencias abismales
Le comento a Paco que esta es la diferencia entre el deporte educativo y el competitivo. Entre un equipo formativo y uno competitivo. Un equipo que busca ganar como objetivo final, después del primer partido o del segundo perdido, tira la toalla y deja de luchar porque ya no es posible clasificarse. Si lo que buscamos es una formación a largo plazo, cada derrota es una posibilidad de seguir aprendiendo y esos es lo que nos está pasando.
Existen muchos equipo que van a este tipo de torneos pensando que no van a ganar. Argumentan que es una buena experiencia para los chicos y un premio poder jugar contra equipos de tanto nivel. Nos obstante, se olvidan de realizar todo este trabajo formativo de forma activa, como hemos visto hasta ahora. Simplemente se quedan en la bonita experiencia cuando puede ser verdaderamente formativo para ellos.
El peligro de las victorias
Como el último partido jugado sabe a victoria, se nos ocurre comentarles el peligro de pensar que ahora son buenos. Su postura debe ser la de seguir buscando la forma de corregir aquello que todavía no funciona y no olvidar lo que ya funciona. Como han salido tan bien las cosas, existe el peligro de relajarse y no ceñirse tanto a lo pactado. No debe ocurrir porque todavía hay muchas cosas que podemos mejorar.
Los chicos y Paco sacan a relucir aspectos muy interesantes que se convierten en objetivos de mejora para el siguiente partido. Con esta mentalidad, salen al campo, con la idea de conseguir mejorar un poco más.
Retos ambiciosos
El equipo que tenemos frente a nosotros está situado segundo en su liga en preferente. Va a ser complicado, como todos los partidos hasta ahora. Nosotros seguimos dejando la iniciativa a los chicos. Procuramos apoyarles con palabras de ánimo y nunca indicamos al jugador si debe cambiar el juego, colocarse más abajo o más arriba. Ellos deben resolver todas las situaciones del partido, han demostrado que saben lo que tienen que hacer y, por lo tanto, es el momento de disfrutar de verdad.
Me imagino que los chicos son los que más disfrutan porque jugar al fútbol sin la presión de un entrenador que te va diciendo lo que tienes que hacer y sin la urgencia de un resultado necesario, es la expresión más bella y natural del fútbol.
Juegan solos
Le comento a Paco desde la banda lo maravilloso que es verles jugar solos. Los ves hablarse y corregirse entre ellos (algo muy enriquecedor a nivel pedagógico); les observas realizar jugadas con imaginación y mucha creatividad (quizá más de lo que nosotros podríamos pedirles); palpas una fuerza especial en el equipo conseguida después de corregir diferentes manifestaciones de fractura grupal; disfrutas viendo cómo, tras una pérdida de balón, el equipo corrige sobre la marcha para recuperarlo; sonríes al ver cómo se animan unos a otros limando las asperezas posibles entre ellos.
Satisfacción general en el deporte educativo
El equipo está funcionando desde dentro, ellos son los que sacan adelante cada una de las jugadas. Y esto es lo que más les ha enriquecido. No han ganado el campeonato, no se han clasificado, no pasarán a la siguiente fase donde estarán los mejores. A pesar de todo, puedo asegurar que las sensaciones de estos jugadores son de una gran satisfacción, han aprendido más que nadie porque se lo hemos permitido, porque hemos priorizado su formación al resultado. Hemos apostado por un proyecto a largo plazo centrado en el rendimiento del jugador y no en la vitrina del club o la medalla del entrenador.
Sensaciones tras una competición diferente
Paco se va muy contento del campeonato. Ha vivido una experiencia educativa con una intensidad muy grande y sale convencido de que ese es el camino que hay que seguir con ellos. Esa visión diferente del fútbol formativo es la mejor opción que tiene un entrenador que quiere formar de verdad.
Los chicos se despiden más unidos que nunca. Muy satisfechos y con la sensación de haber hecho un enorme trabajo. Han aprendido más en estos tres días que en muchos años de competición asfixiante y sin un rumbo fijo.
La felicidad de un trabajo bien hecho
Ni una cara triste, ni una expresión de desánimo por no alcanzar la victoria. Lo bueno es que en pocos meses vuelven a reunirse para disfrutar de una nueva competición que les permitirá seguir creciendo, con nuevas experiencias.
Esta es la visión diferente que os quería mostrar. Vale la pena ¿no? Siempre he afirmado que este es el camino más difícil y el que te da más satisfacciones a nivel personal y también como profesional.
Los padres no valoran ni comprenden el deporte educativo
Junto a todo esto tenemos el lado oscuro que son los padres que no entienden lo que está pasando. La principal crítica que solemos recibir como entrenadores o responsables de una escuela de futbolistas es que el entrenador no les dice nada.
––Mi hijo necesita que le den caña.––Dice un padre emocionado, y añade:–– Cuanto más le gritas, más se espabila y lo que veo es un entrenador que apenas les dice nada mientras los otros entrenadores no dejan de gritar en cada partido.
Diferentes significados de ayuda
Empecemos por lo primero. Cuando a un padre le explicas con calma lo que hacemos, lo entiende perfectamente y no necesita ninguna aclaración más. Entonces es cuando empiezan a valorar lo que no se ve porque es cierto que puede parecer como que no tenemos ganas de ayudarles. Lo que ocurre es que el concepto de ayuda está mal utilizado. ¿Qué significa ayudarles? ¿Ayudarles es empujarles a la victoria mediante constantes indicaciones que hacen que al final sea el entrenador el que gane el partido o lo que realmente significa es darles las herramientas para que ellos ganen el partido sin la presión del entrenador en el cogote?
Deben solucionar ellos las situaciones del partido
No les decimos nada durante el partido porque la idea es que han de intentar sacarlo ellos solos. A pesar de todo, hablamos mucho con los jugadores. Aprovechamos los momentos de descanso, entre partido y partido o entre una parte y la otra, para hacerles pensar mediante preguntas dirigidas a descubrir y corregir los posibles errores detectados y los avances conseguidos.
Sorprendentemente muchos errores los sacan a relucir ellos mismos y nosotros solo tenemos que añadir algunos más. Esta es la forma de conseguir que verdaderamente asuman sus fallos y los quieran convertir en aciertos en el siguiente partido.
Aprovechas las pausas de la competición para mejorar
Piensa que, mientras el resto de los equipos lo que hacen es mandar a sus jugadores con sus padres hasta el siguiente partido, nosotros los retenemos todo el torneo y los reunimos después de cada partido para comentar juntos lo que ha ido bien y lo que deben mejorar. Lamentablemente, esto no se ve desde las gradas y puede parecer que no nos comunicamos con ellos.
Durante el partido, cuando un entrenador corrige, lo máximo que puede hacer el chico es rectificar. Sin embargo, no es el mejor momento para decirle las cosas porque pierde la concentración del partido. Según cómo se lo digas, acaba desmotivado porque cuando se equivoca le llega la bronca. Puede llegar a tener miedo a volver a fallar.
Lo que va muy bien es anotar esa corrección en la libreta del entrenador (¡qué pocos entrenadores con libreta veo en el fútbol base!) y plantear la duda en el vestuario para que, bien enfocada la corrección, le sirva para cambiar y mejorar.
Las correcciones en el campo
Si corriges en el campo, consigues cambiar la situación de ese mismo momento, pero vuelve a caer en el mismo error la próxima vez porque no lo tiene asumido. Obedece, sin asimilar nada. Debes aprovechar para comunicar en el mejor momento de su atención, cuando su inteligencia está totalmente dispuesta y abierta a recibir el mensaje. Es lógico ¿no? Pues parece que la lógica no va con el fútbol formativo.
Cualquier experto en educación os dirá que la mejor forma de convencer a tus hijos no es gritando, ni imponiendo tus ideas. Hay fórmulas mucho más eficaces en el mundo de la formación como son la comunicación de ida y vuelta, el planteamiento de preguntas que nos hagan pensar, el trabajo en equipo huyendo del individualismo, postura poco apropiada para un deporte en equipo. Y ¿qué es el futbol base sino un deporte formativo?
Entrenadores demasiado presionados
No es nada nuevo, ni revolucionario. Por desgracia, son pocos los que lo ponen en practica por ahora. Hay que dejar claro que muchos entrenadores viven muy presionados por los resultados porque se juegan la continuidad. Cuando los clubes dejen de presionar a sus entrenadores espero que sean lo suficientemente valientes para decidir cambiar su forma de trabajar por una visión diferente del fútbol que tiene sus consecuencias practicas en el desarrollo total del jugador olvidando los resultados.
4 comentarios en “Deporte educativo: ¿Cómo compites en el fútbol?”
Interesante artículo.
Noto que no pone (o no lo vi) la categoría del equipo. Podrías decírmelo??
Tengo curiosidad, veo una idea aplicable a partir de Alevín o Infantil, no sé hasta que punto funcionaría con Benjamines (o prebenjamines).
Gracias.
Me alegra que te haya interesado. Es una propuesta formativa para enfocar la competición de forma coherente. Efectivamente has dado en el clavo. Eran alevines de segundo año. Competían en la Golden Cup en Barcelona. Toda una experiencia de la que salimos muy satisfechos. Intentamos aplicarlo de esta forma siempre. Para infantiles y cadetes es mejor todavía. Como todas las cosas, para benjamines hay que adaptarlo a la edad. Les falta la madurez de la toma de decisiones. Pero también funciona.
Buenas tardes 🤝 SALUDOS, profesor. Es un método que estoy practicando con mis jugadoras desde el año pasado y aunque ha sido un poco difícil, digo que en verdad vale la pena ; lo que pasa es que como usted lo dijo, el técnico se ve sometido a mucha presión por el resultado y de ahí derivan un sinnúmero de situaciones. Son temas que se pueden ir manejando a través de charlas con los padres de familia y en mi caso, con las jugadoras y me ha dado muy buen resultado.
Me alegra muchos que los que estáis implicados en el deporte educativo salgáis a la palestra para que el mundo del deporte se entere de una vez por todas de la importancia de lo que estáis realizando. Por favor, aunque encuentres dificultades, no dejes de defenderlo porque es el único deporte que vale la pena. Tus jugadoras te lo agradecerán y se acordarán toda la vida de esos momentos contigo. Las charlas son importantes pero lo vital es el ejemplo de los padres y el tuyo durante la competición. Encantado de haberte conocido. Es la mejor noticia que me podías haber dado. Somos muchos los que estamos luchando por mejorar el enfoque del deporte pero hemos de hacer más ruido.