Existen dos actitudes muy diferentes en el entrenador de fútbol formativo. Mi propuesta plantea de nuevo una bipolaridad en el entrenador de fútbol base. El entrenador que tiene como principal objetivo ganar formando y el que busca la victoria como sea, sin importarle la formación del jugador.
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Las dos caras de una moneda
Es sencillo detectar este tipo de entrenadores subrayando los aspectos que hemos estado comentando.
El entrenador formador
- positivo,
- optimista,
- comprensivo con los errores,
- confía en sus jugadores,
- pone esfuerzo e ilusión por mejorarles,
- trabaja en equipo con el resto de entrenadores y el coordinador,
- está implicado con su club y
- presenta propuestas para mejorar las cosas en lugar de criticarlas.
El entrenador ganador
- muy pesimista cuando las cosas van mal y lo contagia a sus jugadores;
- no existe preocupación por ayudar a sus jugadores, que suelen ser siempre los culpables de lo que sale mal;
- no comparte sus conocimientos
- ni escucha consejos porque suele tener la fórmula mágica para vencer;
- lo único que le importa no es mejorar a sus jugadores sino ganar partidos;
- suele criticar todas aquellas decisiones que le perjudican o no le gustan y
- nunca aporta nada al club porque no quiere complicarse.
Dos realidades muy diferentes que actualmente conviven en un mismo ámbito que es el fútbol base. Desgraciadamente, hay bastantes padres que valoran más el estilo del entrenador ganador porque parece que es el que realmente consigue cosas de forma rápida y eficaz y se decantan por este estilo. Muchas veces son engañados por las formas y los resultados.
Los beneficios de la formación
El entrenador formador debe trabajar el doble y encima no se aprecian los resultados más que a largo plazo y poco a poco. Sin embargo, sus jugadores son los únicos que están recibiendo una fundamentación adecuada.
Estos jugadores saldrán beneficiados con el tiempo. Pero al tratarse de una labor que no se ve, no se aprecia fácilmente. En el caso de que los resultados no le acompañen inicialmente, suele ser rechazada por los padres sin darse cuenta que están despreciando la mejor formación posible para sus hijos a través del deporte.
Error en los criterios de medición de calidad
Lamentablemente, consideran que los mejores clubes en el fútbol base son aquellos que tienen más equipos en categorías altas. Es una pena que la forma de medir la calidad sea por resultados. Nos parece incongruente con los objetivos del fútbol formativo. Un engaño más en el que andan metidos desde hace muchos años personas con buen fondo pero que se dejan contagiar por este espíritu tan nefasto.
Una propuesta valiente
Propongo, por tanto, establecer una medida diferente si realmente queremos mejorar el fútbol formativo. Criterios como:
- Alta formación de los entrenadores del fútbol base. No puede llevarlos un niño de 17 años sin conocimientos ni un padres voluntario con muchas ganas, ni un entrenador con título pero sin preparación pedagógica.
- Control de las metodologías de aprendizaje en los clubes. Fomentar la creatividad y la formación en valores en el fútbol.
- Criterios de clasificación de calidades para incentivar a los clubes a trabajar con el futbol base, no por criterios de resultados en los partidos, sino por una calidad de enseñanza.